Entrevista periodística. Cuando era jefe del Depto. de pediatría del Hospital Zonal de Trelew, a mediados del año 1993, (ya con el gobierno radical) a raíz de una entrevista que me hiciera el reconocido periodista Aldo Álvarez en una radio de Trelew, con una gran audiencia, expresé que más del 15% de los niños de dicha localidad, padecían desnutrición crónica y un 4% desnutrición aguda. Agregué que en innumerables oportunidades mediante notas dirigidas al Secretario de Salud Jorge Lagos y Director del HZT, Rubén Ponce, les manifesté que debía ponerse en práctica programas para la recuperación de los niños que padecían este flagelo, sin que se dieran respuesta al respecto.
Amenaza. Después de este episodio, fui citado por la superioridad para advertirme que de repetir mi actitud iban a tomar medidas drásticas. Por supuesto que hice caso omiso a esta amenaza, ya que consideraba que la comunidad debía conocer estos aspectos, es así que luego denuncié en el mismo medio, la falta de medicamentos, leche, placas Rx., lavandina, etc. Hice conocer que en ciertas circunstancias, el personal debía comprar medicamentos para el tratamiento de pacientes internados, porque no había o porque los que ofrecían en la farmacia del hospital eran de mala calidad.
Remoción del cargo. En mayo de 1993 fui removido del cargo de jefe de departamento de pediatría y ordenaron que prestara servicios en el Centro de Salud del Barrio Amaya, luego al puesto sanitario del Barrio Constitución.
CENTRO DE SALUD BARRIO AMAYA
Descripción. Mi nuevo lugar de trabajo fue el centro de salud del Barrio Amaya, lugar que nadie quería ir, porque era el más distante del centro, el acceso era por caminos de tierra que en días de lluvia se hacían casi intransitables, la estructura edilicia era muy precaria, no contaba con teléfono ni radio por lo que al no poder llamar a la ambulancia en caso de necesidad, en varias oportunidades he trasladado yo mismo a pacientes que requerían internación.
Asistencia en la Escuela 64. Atendía a los niños del barrio Amaya en la misma escuelas a las que concurrían, comencé yendo una vez por semana a la escuela 64 (de la zona de chacras) cuya directora era Mirta Romero quien se interesó y prestó su apoyo para realizar una evaluación nutricional de todos sus alumnos determinándose que habían más de 40 niños desnutridos, a quienes no sólo ella dispuso reforzar sus dietas (almorzaban en la escuela) con alimentos nutritivos, sino que también les entregaba viandas para que tuvieran para la cena. Luego, la alegría al observar que algunos de los niños desnutridos se habían recuperado. Fue magnífico el trabajo que hizo esta docente en esa escuela.
Escuela 50. Luego extendí mis actividades a la escuela 50, donde su director también ayudó para hacer la misma evaluación nutricional, se detectaron muchos niños con distintos grados de desnutrición, pero poco se pudo hacer por ellos porque no comían en la escuela y no existían programas para su recuperación.
Trabajo en conjunto con la Asociación Vecinal. También la Comisión Directiva de la Asociación Vecinal del Barrio Amaya, cuyo presidente era Jorge Meya comenzaron a organizarse para reclamar por la falta de remedios, por la escasez de leche para las embarazadas, recién nacidos y desnutridos, por la cobertura de especialistas médicos en hora de la tarde, etc. lo hacían a través de petitorios dirigidos a las autoridades sanitarias y gobernador de la provincia, pero también hicieron multitudinarias marchas de vecinos que iban caminando portando carteles hasta la dirección del hospital.
Equipo de trabajo. Formaba parte de un equipo de trabajo muy lindo en el centro, destacando a la enfermera Graciela Gago, una persona capaz y con gran predisposición a brindar ayuda a las personas que lo necesitaran, ella vivía en el mismo barrio. Además, por la tarea que estaba desarrollando en las escuelas 64 y 50 y por el acompañamiento de la Asociación Vecinal del Barrio Amaya con mi actividad, esto hizo que estuviera muy entusiasmado trabajando en el mencionado barrio.
Traslado al Puesto Sanitario del Barrio Constitución. Estaba trabajando en un centro que ningún pediatra quería ir y los pacientes aprobaban mi labor, por eso era descabellada la decisión de quien era director del HZT, el Dr. Carlos Blas López quien dispuso que debía trasladarme a prestar servicios al puesto sanitario (no tenía rango de centro de salud) del Barrio Constitución.
Medida aleccionadora. No quedaban dudas que esta decisión fue tomada como una medida aleccionadora para que otros profesionales se abstuvieran de motivar a los pacientes para que reclamaran por sus derechos.
Junta de firmas. La comisión directiva del Barrio Amaya peticionaron con más de 1000 firmas estampadas en 62 hojas(todavía las tengo en mi poder) dirigidas al gobernador y director del hospital para que me restituyeran a mi anterior trabajo. todo fue inútil.
Dr. Fernando Urbano. Médico pediatra. Presidente Fundación FUSSO.
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