¿LOS PROFESIONALES DEFIENDEN REALMENTE A SUS PACIENTES?
Cuántas veces se habrá escuchado que, "la salud pública provincial
se sostiene por la incansable labor de los profesionales”. ¿Pero esto es así,?
.
Mito. Consideramos que es un mito que se los excluya a los profesionales
de la salud, de responsabilidad, por el deterioro marcado que hay en la salud
pública, porque justamente, la desidia de la mayoría de ellos ha contribuido,
junto a políticos insensibles, para que se llegara a esta triste situación.
Omisión o inacción de la mayoría. El desastre que se ha producido en
los hospitales públicos no es obra sólo de la indolencia de algunos pocos
profesionales de la salud, porque para que haya llegado al hundimiento en el
que están inmersos, de tanta gravedad y durante tanto tiempo, ha tenido que
producirse por acción u omisión, de la mayoría de ellos.
Conversión a burócratas. En primer lugar se debe señalar que
los médicos que ocupan cargos importantes en el área sanitaria, adquieren
actitudes propias de los burócratas, cumpliendo las órdenes recibidas por los
gobernantes sin realizar objeciones y se han olvidado de su condición de
médicos, cuya principal misión, es la de defender la salud de sus semejantes.
Médicos de planta. Pero también, son demasiados los médicos rasos
que no hacen algo para proteger a sus propios pacientes, a pesar de que ellos
más que nadie conocen las consecuencias graves que provocan cuando no se los
trata correctamente. En general no se los escucha protestar con ímpetu, cuando por falta de medicamentos no pueden tratarles
enfermedades graves: cáncer, cardiopatías, enfermedades crónicas o infecciosas,
etc.
Sumisión. Son muchos los que aceptan con resignación y docilidad, cuando, al no
tener los instrumentos necesarios están imposibilitados de realizar diagnósticos
o tratamientos adecuados.
Conformismo. ¿ Acaso se escuchó alguna vez a los traumatólogos quejarse porque en
el ámbito público no podían realizar artroscopias, o a los gastroenterólogos
por no poder hacer colonoscopías, a los ginecólogos que no se hicieran
mamografías o Papanicolau, los urólogos por el antígeno prostático específico?.
Otra actitud en la medicina privada. Estas prácticas que diagnostican
cáncer en forma temprana, prácticamente están vedadas en los hospitales
públicos de nuestra provincia y sin embargo son indicadas por los mismos
médicos en forma habitual en el ámbito privado. Ahí sí, es muy probable que
reaccionen con furia, si las obras sociales no se las autorizaran.
Llegar tarde ¿Quiénes evaluaron e hicieron conocer la cantidad
de pacientes indigentes a quienes se les diagnosticó tarde sus enfermedades
oncológicas, cuando ya padecían metástasis y era muy poco lo que se podía hacer
por ellos?.
Colas. ¿Cuantos profesionales se quejaron por las largas colas a las que
se los somete a los pacientes, diariamente, para conseguir algún turno para su
asistencia o para la realización de estudios complementarios?.
Mordaza. De una buena vez, hay que decirlo: han sido demasiados los
profesionales de la salud que han decidido guardar silencio ante las
atrocidades existentes en los hospitales públicos, quizás a cambio de algunas
prebendas, como permitirles que incumplan el horario de trabajo o ausentismo
injustificado, otorgamiento de guardias pasivas sin obligación de cumplirlas,
asignaciones especiales, etc.
Sufrimiento y muertes evitables. Si los profesionales de la salud, con
el respaldo y autoridad que le da su profesión, hubieran advertido en forma
mayoritaria ante la sociedad, las consecuencias que estaban provocando las
falencias existentes en los hospitales públicos, seguramente se hubieran
evitado muchos sufrimientos y muertes.
Asumir la culpa. Los profesionales de la salud que integramos
la Fundación FUSSO consideramos que había que hacer conocer esta realidad.
Aunque duela, debemos asumir la gravedad de la situación. Nosotros más que
nadie tenemos la llave para salir de esta crisis, simplemente no ocultándoles a
nuestros pacientes que es lo que ellos necesitan para la prevención o
tratamiento de sus enfermedades y ayudarlos a reclamar cada vez que sean
vulnerados sus derechos. De esta forma se obligará a los políticos cumplir con
normas vigentes y con los compromisos asumidos en las campañas preelectorales.
Dr. Fernando Urbano. Médico especialista universitario en medicina sanitaria. Presidente de la Fundación
FUSSO
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