CENTRO DE SALUD BARRIO AMAYA. TRELEW. AÑO 1.993.
Como había relatado en una nota anterior las autoridades sanitarias me despojaron (literalmente) el cargo de jefe de departamento de pediatría y me asignaron tareas como pediatra en el centro de salud Barrio Amaya. Fue a mediados de 1.993.
Además de mi trabajo específico en la consulta pediátrica, por decisión propia, extendí mi actividad yendo a domicilios de niños que lo ameritaran y para controlar a los escolares que concurrían a las dos escuelas de influencia del barrio: 64 (chacra) y 50 (Barrio Amaya).
DIAGNÓSTICO DE NIÑOS DESNUTRIDOS. La directora MIRTA ROMERO, se interesó y prestó su apoyo para realizar una evaluación nutricional de todos sus alumnos en la misma escuela, a quienes se los pesó, midió y se los percentiló determinándose que habían 40 niños desnutridos.
Se hicieron fichas individuales para ir observando su evolución antropométrica. La directora dispuso reforzar las dietas de todos ellos (almorzaban en la escuela) con alimentos nutritivos y les entregaba viandas para la cena.
Luego había una gran alegría en todos los que participamos en esta acción al observar que muchos de los niños desnutridos tratados se estaban recuperando. Fue magnífico el trabajo que hicieron MIRTA ROMERO y sus asistentes.
También extendí mis actividades a la escuela 50 donde su director (no recuerdo el nombre) también ayudó para hacer la misma evaluación nutricional, se detectaron muchos niños con distintos grados de desnutrición pero poco se pudo hacer por ellos porque no había comedor en la escuela y no existían programas efectivos para su recuperación.
Dr. Fernando Urbano. Pediatra y médico sanitarista.
Además de mi trabajo específico en la consulta pediátrica, por decisión propia, extendí mi actividad yendo a domicilios de niños que lo ameritaran y para controlar a los escolares que concurrían a las dos escuelas de influencia del barrio: 64 (chacra) y 50 (Barrio Amaya).
DIAGNÓSTICO DE NIÑOS DESNUTRIDOS. La directora MIRTA ROMERO, se interesó y prestó su apoyo para realizar una evaluación nutricional de todos sus alumnos en la misma escuela, a quienes se los pesó, midió y se los percentiló determinándose que habían 40 niños desnutridos.
Se hicieron fichas individuales para ir observando su evolución antropométrica. La directora dispuso reforzar las dietas de todos ellos (almorzaban en la escuela) con alimentos nutritivos y les entregaba viandas para la cena.
Luego había una gran alegría en todos los que participamos en esta acción al observar que muchos de los niños desnutridos tratados se estaban recuperando. Fue magnífico el trabajo que hicieron MIRTA ROMERO y sus asistentes.
También extendí mis actividades a la escuela 50 donde su director (no recuerdo el nombre) también ayudó para hacer la misma evaluación nutricional, se detectaron muchos niños con distintos grados de desnutrición pero poco se pudo hacer por ellos porque no había comedor en la escuela y no existían programas efectivos para su recuperación.
Dr. Fernando Urbano. Pediatra y médico sanitarista.
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