PARA REFLEXIONAR:
Muchos de los niños que actualmente padecen desnutrición y que no están recibiendo tratamiento, con mucha probabilidad van a tener secuelas irreversibles, con distintos grados de discapacidad: enfermedades neurológicas, disminución de la capacidad intelectual, disminución de la capacidad física, entre otras.
A consecuencia de ello, será muy difícil que puedan incorporarse a una actividad plena en beneficio de la comunidad, cuando sean adultos.
Se debe entender que la niñez es una etapa fundamental en la formación de los recursos humanos y por ello resulta prioritario que la capacidad potencial del desarrollo físico y mental de los niños no se malogre.
El daño provocado cada día que transcurre es mayor, sin que se pueda reparar, por ello el costo de la inacción es considerable, tanto en términos humanos como sociales y económicos.
A esto hay que sumarle que debido a que se está cometiendo una gran injusticia social, no podrá haber un futuro de paz y prosperidad, mientras estos niños sigan postergados y se vean privados en sus derechos humanos más fundamentales. También por este aspecto nos veremos perjudicados TODOS.
La ciudadanía, quizás por desconocimiento, no ha hecho lo suficiente, para exigirle al gobierno que revierta esta situación. Por ello, se hace necesario que cuanto antes comencemos a ejercer nuestros derechos de ciudadanos y obliguemos al gobierno a que cumpla con su deber de atender las necesidades nutricionales de la población infantil en forma urgente.
En síntesis, debe quedar bien claro, que la desnutrición es evitable y fácilmente curable. Lo que no se está haciendo hoy, por la recuperación del estado nutricional infantil, mañana, todos vamos a pagar las consecuencias. No se debe esperar.
Dr. Fernando Urbano. Pediatra y Médico Sanitarista. Presidente de la Fundación FUSSO
Muchos de los niños que actualmente padecen desnutrición y que no están recibiendo tratamiento, con mucha probabilidad van a tener secuelas irreversibles, con distintos grados de discapacidad: enfermedades neurológicas, disminución de la capacidad intelectual, disminución de la capacidad física, entre otras.
A consecuencia de ello, será muy difícil que puedan incorporarse a una actividad plena en beneficio de la comunidad, cuando sean adultos.
Se debe entender que la niñez es una etapa fundamental en la formación de los recursos humanos y por ello resulta prioritario que la capacidad potencial del desarrollo físico y mental de los niños no se malogre.
El daño provocado cada día que transcurre es mayor, sin que se pueda reparar, por ello el costo de la inacción es considerable, tanto en términos humanos como sociales y económicos.
A esto hay que sumarle que debido a que se está cometiendo una gran injusticia social, no podrá haber un futuro de paz y prosperidad, mientras estos niños sigan postergados y se vean privados en sus derechos humanos más fundamentales. También por este aspecto nos veremos perjudicados TODOS.
La ciudadanía, quizás por desconocimiento, no ha hecho lo suficiente, para exigirle al gobierno que revierta esta situación. Por ello, se hace necesario que cuanto antes comencemos a ejercer nuestros derechos de ciudadanos y obliguemos al gobierno a que cumpla con su deber de atender las necesidades nutricionales de la población infantil en forma urgente.
En síntesis, debe quedar bien claro, que la desnutrición es evitable y fácilmente curable. Lo que no se está haciendo hoy, por la recuperación del estado nutricional infantil, mañana, todos vamos a pagar las consecuencias. No se debe esperar.
Dr. Fernando Urbano. Pediatra y Médico Sanitarista. Presidente de la Fundación FUSSO
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