"QUILOMBERO" "AMARGADO" "PROBLEMÁTICO" "ANTIMÉDICO"
Son unos de los tantos adjetivos que me dicen diariamente. “Urbano, ¿por qué no ve nada positivo?”. Cuando, en realidad, es todo lo contrario.
Creo que nuestro sistema de salud público tiene un gran potencial, empezando por los médicos, que sin duda la mayoría de ellos son profesionales excelentes. Y me llenan el pecho de orgullo los colegas honestos que lo dan todo por las personas. Porque después de todo, la medicina se trata de eso, de ayudar al otro.
Por esa misma razón, aquellos que se aprovechan del sistema, que se quedan con sumas impensadas mientras que los más trabajadores en silencio se desgarran por unos pocos pesos, brotan en mí una ira con la que lucho desde hace décadas. Una lucha contra la injusticia que frustra, porque hagas lo que hagas, los peces grandes siguen devorando a los pequeños. Porque mucha gente prefiere hacer oídos sordos y la vista gorda a tantas evidencias. Y ahí es donde entro yo, intentando apuntar con el dedo la desigualdad, a ver si la cosa cambia ni aunque sea un poquito.
Claro que tenemos millones de puntos positivos en nuestro sistema de salud, pero los medios se encargan de contarlo a la perfección gracias a la pauta publicitaria que reciben. ¿Pero de las injusticias quién habla? ¿Quién se encarga de investigar la corrupción que se aprovecha irónicamente, de los más desfavorecidos? ¿Por qué nunca escucho hablar de los pacientes que no son asistidos como corresponde o los millones que se guardan en el bolsillo con plata de la gente? Nadie.
Nadie excepto yo, que estoy en el medio de la gente y los intereses financieros que tienen algunos pocos, usando la salud como arma de robo.
Entonces sí, si soy un quilombero por querer mostrar lo que todos temen, por intentar cambiar la realidad para que sea un poquito mejor el funcionamiento hospitalario, entonces llevo el adjetivo con mucho orgullo.
Y si ser “ANTIMÉDICO” implica denunciar la corrupción y exigir una buena atención médica para TODAS las personas, de cualquier clase, y no sólo para algunos pacientes “VIP” con capacidad económica para afrontar sus problemas de salud en los consultorios particulares, pues debo serlo.
Dr. Fernando Urbano
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